"Muchas pancartas, y pancartas de verdad. Hubo alguna de esas de perfecta factura, que se ven a veces y que hacen sospechar de la mano del club. Pero hubo muchísimas de las de verdad, artesanales, de las de sábana en casa y útiles domésticos para pintar. El parroquiano del Bernabéu quiere a Mourinho, no hay duda. No le reprocha el dedo en el ojo, compra la teoría de la hipocresía, está harto del buenismo del Barça, confía en él para dar la vuelta a la situación. El Barça se ha convertido en tal obsesión que el fin justifica los medios. Nuevos tiempos, nuevo Madrid. No me gusta, pero es lo que hay.
Y ahora, el partido. Jugaron muchos, porque se permitían muchos cambios. Jugaron veteranos y noveles, españoles y extranjeros, canteranos y megaestrellas, rubios y morenos. Pero no jugó Casillas. El capitán no salió y el detalle no me hizo gracia. Casillas rompió filas con la doctrina oficial al llamar a Puyol y Xavi para confraternizar, para resolver equívocos. Me consta que a Mourinho no le hizo gracia. ¿Por eso no salió? ¿O simplemente para que Adán completara noventa minutos? Quizá lo segundo, pero estaría menos inquieto si le hubiera visto salir la última media hora y no sólo a coger la copa." Alfredo Relaño, en As.
Y ahora, el partido. Jugaron muchos, porque se permitían muchos cambios. Jugaron veteranos y noveles, españoles y extranjeros, canteranos y megaestrellas, rubios y morenos. Pero no jugó Casillas. El capitán no salió y el detalle no me hizo gracia. Casillas rompió filas con la doctrina oficial al llamar a Puyol y Xavi para confraternizar, para resolver equívocos. Me consta que a Mourinho no le hizo gracia. ¿Por eso no salió? ¿O simplemente para que Adán completara noventa minutos? Quizá lo segundo, pero estaría menos inquieto si le hubiera visto salir la última media hora y no sólo a coger la copa." Alfredo Relaño, en As.
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