La belleza en el fútbol

Mucho se ha hablado del juego del Barcelona y del Madrid. Los resultados, que los madridistas no se cansan en repetir que es lo que cuenta, los sitúan (aparentemente) a la par. Pero si miramos con un poco más de atención las diferencias son más que evidentes. Titulares como "Discurso de autoridad del Madrid en Villarreal, que respondió a la victoria del Barça" [Marca]; el lenguage utilizado siempre busca los paralelismos y similitudes, pero cualquier persona que haya visto los partidos jugados anoche por el FC Barcelona y esta noche por el Real Madrid puede ver las diferencias: el Barcelona goleó 4-1 al Racing y después, simplemente, aflojó el ritmo; el Real Madrid no ha sido capaz de rematar un partido contra un equipo que llevaba desde el minuto 34 con 10 jugadores, y ha necesitado un penalti para marcar el segundo gol. En definitiva, una expulsión más que dudosa (¿dónde están ahora los que denunciaban ayudas arbitrales a favor del FC Barcelona?) y un penalti han dado la victoria al Madrid.

Los fichajes del Madrid son como la cirugía estética de Paris Hilton, y sus goles el maquillaje del que abusa para intentar parecer bella. El Barcelona de Pep Guardiola no necesita maquillaje, su juego es natural y los jugadores lo interpretan sin artificio.

El Madrid juega mal, y sólo alguna que otra individualidad salva al equipo de la hoguera: ante el Espanyol, el equipo blanquiazul tuvo que llevar el peso del partido, ante el Jerez (un recien ascendido), éste, según el informativo deportivo de Cuatro "el jerez fue el dueño del partido hasta el minuto 75"; la pregunta es ¿cómo es posible que un equipo recien ascendido a primera domine a otro que se ha gastado más de 250 millones de euros en fichajes? Aunque el segundo acabe ganando, si esto no se puede considerar un fracaso, ¿qué lo es? Y si esto no es un fracaso, porque el partido se ganó, si lo único importante es el resultado, entonces la inversión del Real Madrid ha sido una solemne tontería, porque fichando a Capello y jugando al catenaccio habrían ganado igual, y se habrían gastado una décima parte en fichajes.

PS: Respecto a las comparaciones entre Cristiano Ronaldo y Messi, no hace falta ni comentarlas porque la evidencia es apabullante. Pero para los que han comparado a Ronaldo con Ibrahimovic, la forma en que el sueco se llevó ayer a cuatro defensas del centro del área pequeña y dió el pase de tacón a Piqué para que marcase a placer, deja también sentenciada esta discusión.