martes, 29 de septiembre de 2009

Las comparaciones peligrosas

Se suele decir que las comparaciones son odiosas; yo diría que algunas comparaciones pueden ser peligrosas. Es el caso de Welligton, el jugador del Málaga que se ha hecho celebre como encarnación del anti-fútbol.

Cuestionado en rueda de prensa sobre sus acciones, y sobre la petición de Guardiola de que el Comté de Competición actue de oficio, ha respondido comparando su acción con el escupitajo que Messi le lanzó a Duda la campaña pasada. De esta comparación se deduce que no se arrepiente de lo que hizo sobre el campo. E incluso se podría considerar, por sus declaraciones, que había algo de venganza en su acción, lo que aún lo agrava más.

Respecto a la comparación, que algún necio podrá considerar oportuna, decir que, aunque escupir a un contrario siempre sea un acto criticable (si bien, comprensible si el contrario, en este caso Duda, ha realizado alguna entrada dura sobre Messi); está claro que no tiene mayor intención que mostrar su desprecio por ese jugador. Por contra pisar el tobillo de un contrario cuando esta en el suelo sólo tiene una intención: lesionarle. Drenthe o Figo, de los que hemos hablado también por sus duras entradas que terminaron en lesión siempre podrán argumentar que midieron mal la distancia, que iban a por el balón... Pero un pisotón al tobillo de un jugador no tiene justificación ni atenuante; en el código ético de todo jugador de fútbol profesional, una acción con intención de lesionar a otro jugador es lo más ruin, abyecto y miserable que se puede hacer. Y eso es lo que hizo Welligton. Y además ni se arrepiente de ello!

Pero es que el mismo jugador no tuvo suficiente con una agresión, y también agredió a Piqué, además de realizar numerosas entradas duras a lo largo del partido.

Por todos estos motivos, el Comité debería haber actuado de oficio contra Welligton.

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