Pinchazos europeos

Tangana tras la anulación de un gol legal del Milán

Los resultados de ayer y anteayer provocan una sensación de déjà vu; el FC Barcelona perdiendo ante un equipo ruso sorprendentemente en su casa; y el Real Madrid perdiendo ante un equipo italiano también en su casa.

En el caso del FC Barcelona el resultado, aunque inesperado, no debe productir excesiva preocupación: el FC Barcelona no tuvo su día, pero en ningún caso mereció el resultado final. Como se suele decir "el fútbol es así", o dicho de otra manera, ningún equipo es infalible ni tiene la victoria garantizada. Esta derrota, a estas alturas de la competición europea, será muy positiva psicologicamente para demostrarles a los jugadores que cualquier equipo puede derrotarles.

El caso del Real Madrid es un poco más preocupante, por una razón muy sencilla, porque no tiene nada de sorprendente e inesperada; era totalmente previsible y entra perfectamente dentro de los razonable. Hacía tiempo que advertíamos que el Real Madrid de los nuevos galácticos iba a desmoronarse en el momento que se enfrentase con algún equipo grande ("Cuando el Real Madrid se enfrente a la cruda realidad" (y 2), "Que viene, que viene, psst psst"), y ayer volvió a demostrarse, aunque con un Milán mucho menos grande de lo que su nombre dice, con numerosos jugadores en la recta final de su carrera y una estrella que es la sombra de lo que un día fue. Y el resultado, 2-3 a favor del equipo milanista, pudo incluso ser más definitivo de no haber anulado el arbitro un gol totalmente legal del milanista Thiago Silva.

Incluso los medios de comunicaciones capitalinos muestran su preocupación por las derrotas sufridas ante los dos únicos equipos grandes a los que se ha enfrentado el Madrid [Marca].