miércoles, 9 de diciembre de 2009

Cristiano Ronaldo y el colegiado otra vez

Parece que esta temporada sólo podremos hablar de dos temas: de Cristiano Ronaldo (hace lo imposible por ser noticia) y de los colegiados (concretamente de los que arbitran al Real Madrid).

Sobre el primero, y a pesar de que se ha escrito de todo sobre su actuación en el partido ante el Almería, unas reflexiones. Ante todo, resulta sumamente chocante la perplejidad con la que (algunos) aficionados madridistas acogieron su enfado tras fallar el penalti y su no-celebración del gol de Benzema. Hace meses que decimos que CR juega para sí mismo y sólo para sí mismo, y resulta muy curioso que haya gente que aun no se haya dado cuenta.

Claro, que la defensa a ultranza que hacen de él entrenador y directivo técnico tampoco le ayudan a bajar de su nube celestial: "Es difícil cuando uno falla un penalti no tener un problema mental, pero no tiene problema de compañerismo, ni egoísmo, ni se preocupa sólo de él", decía el entrenador; "El chico tiene hambre atrasada de gol", justificaba el argentino. Mensajes muy preocupantes para el resto del vestuario blanco, que ve con indignación y estupefacción la inmunidad del portugués.
Pero hasta aquí se trata sólo de un problema interno del equipo blanco, que ellos sabrán mejor que nadie como gestionar. Pero pasemos al arbitraje. En primer lugar, de ser cierto, resultaría muy sorprendente y preocupante que Valdano estuviese con el árbitro antes de iniciarse el partido: "Valdano estuvo en el vestuario del árbitro antes de empezar el partido. Nos han dicho que estaba el director general felicitando al árbitro por su ascenso a primera mientras el delegado del equipo (Megía Dávila) estaba fuera", según Fernando Soriano.
En segundo lugar, los "errores arbitrales"; principalmente tres, aunque dos en la misma jugada: el presunto penalti sobre Cristiano Ronaldo. Ya le dijo Andrés Iniesta al portugués que él no era el más adecuado para hablar de "tirarse" y el portugués quiso darle la razón. Un penalti inexistente pues el guardameta del Almería despeja el balón, que, ¡otra vez!, llega en el momento en que el equipo blanco se encuentra bloqueado y parece incapaz de ganar el partido. Aun así, la princesa portuguesa es incapaz de marca el penalti (seguramente justicia divina) y el colegiado permite que Benzema corrija su error (aunque sea desde posición no reglamentaria).
Pero el jugador blanco y el colegiado aun tenían que aparecer antes que terminase el partido. En el minuto 87 el jugador del Almeria Juanma Ortiz golpea con el brazo el cuello del portugués. Este lo considera una agresión y revuelve soltándole una patada al jugador, sin estar el balón en juego. Esto que claramente es una agresión y, por tanto, roja directa, se convierte para el árbitro en una jugada merecedora únicamente de tarjeta amarilla ya que según el acta arbitral lo que sucedió fue esto: "en el minuto 87 el jugador (9) Ronaldo Dos Santos Aveiro, Cristiano fue amonestado por el siguiente motivo: derribar a un contrario sin estar el balón a distancia de ser jugado". Afortunadamente el portugues había sido tan tonto de celebrar un gol quitándose la camiseta (con lo que había visto ya una amarilla) y por tanto fue expulsado por acumulación de tarjetas; de no ser así, ni siquiera habría sido expulsado por su agresión. Pero es que incluso el propio jugador blanco admitió que fue más que un simple lance del juego: "Fue una reacción instintiva por la que pido disculpas".
Pero incluso en esta ocasión el ídolo blanco cuenta con la comprensión de su entrenador: "La expulsión reglamentariamente es justa porque se quita la camiseta y luego está involucrado en una serie de faltas a las que respondió. No lo vi bien pero digo que se dedica a jugar mientras otros pegan. Es un jugador creativo que se dedica única y exclusivamente a jugar". Aunque parezca increible, esto es lo que declaró Pellegrini.

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