Ya hablabamos ayer de la importancia que tiene el aspecto psicológico en cualquier enfrentamiento. Es por ello que los medios madrileños/distas se pusieron manos a la obra para convertir la derrota del domingo en una victoria.
Análisis, ¿qué podían alegar para suavizar la derrota? Bueno, perdieron por sólo un gol, esto es evidente. ¿Qué más? Alegar un penalti (aunque sea más dudoso que la sexualidad de Miguel Bosé). ¿Qué más? Ah sí, el laser; esta historia que parece sacada de "La amenaza fantasma" (no me refiero a CR9, malpensados), ha sido magnificada hasta límites surrealistas. Dejando de lado que es inadmisible apuntar un laser a los ojos de nadie, sea donde sea y sea quien sea la víctima, no nos engañemos, ni el laser es perjudicial unos instantes ni a esa distancia, ni es posible apuntar a alguien en movimiento, así que el laser efecto no tuvo ninguno. ¿Qué más? En realidad ya no podían alegar nada más (ni real ni inventado), así que con ello construyeron una historia paralela que se resume perfectamente en el titular de Marca: "Sabor a victoria".
En realidad los datos fríos convierten este titular en una patética broma: el Real Madrid fue derrotado por un equipo que jugó un tercio del partido con un hombre menos. Así de simple, así de claro, así de indiscutible.

Pero es que además el Real Madrid contó con la connivencia del colegiado Undiano que toleró su juego más allá del límite del reglamento, y que perdonó numerosas tarjetas a los blancos hasta ¡el minuto 44 de la segunda parte! Como ya comentamos, para que los medios madridistas pudiesen poner en sus titulares que ambos equipos terminaron con un jugador menos, ¡que vergüenza!
Otro de los falsedades en las que han basado este mito de la "victoria honrosa", es el del buen juego del Madrid. Por favor, seamos serios, el Madrid en ningún momento jugó bien, en ningún momento jugó, de hecho. No tuvo posesión, ni encadenó nunca más de diez pases. Salieron a defender y jugar al contragolpe, lo cual es tan digno y respetable como cualquier otro planteamiento (un poco menos si te has gastado 250 millones de euros, pero eso es sólo problema de los aficionados blancos); salieron, no a jugar, sinó a anular el juego del Barcelona; y cumplieron su misión con gran acierto durante la primera parte. Fueron fieles a este planteamiento y lo realizaron con diligencia, pero es no es jugar bien al fútbol ni mucho menos. Eso es la base del catenaccio, reconocido por la mayor parte del mundo como el anti-fútbol.
Además durante el segundo periodo, la presión blanca empezó a desinflarse y los espacios comenzaron a aparecer. Esto se materializó en el gol de Ibrahimovic, y habría seguido con un claro dominio azulgrana si el arbitro en una decisión acorde con el reglamento (reglamento que prefirió ignorar durante los treinta minutos siguientes) expulsó a Busquets.
A pesar de todo, el dominio del Barcelona continuó pero, claro, sin ser lo apabullante que habría sido de jugar con igualdad de jugadores.
Los medios de comunicación capitalinos nunca se han caracterizado por su imparcialidad. Pero si quieren dar apoyo a su querido Real Madrid, deberían evitar caer en el ridículo de "Sabor a victoria".
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