Raramente la justicia divina da a cada uno lo que se merece. Lo que se planteaba como un duelo entre dos selecciones herederas de la misma tradición, pero pronto se demostró que esta Holanda es un hijo bastardo de aquella del '74 y que nada le debe el fútbol a Van Bommel, De Jong y compañía.
La victoria de la selección española es una noticia fantástica, no sólo para los aficionados españoles, sinó para los aficionados al fútbol de todo el mundo. El hecho de que el gol de la victoria lo marcase Iniesta es un broche perfecto para los que defendemos que el futuro del fútbol no pasa por los gimnasios, sinó por los rondos.
El juego brusco, violento, de los holandeses, el antifútbol (que tanto se parecía al del Inter de Milán en la semi-final de la Champions League), no tuvo en esta ocasión su inmerecida recompensa.
La victoria de la selección española es una noticia fantástica, no sólo para los aficionados españoles, sinó para los aficionados al fútbol de todo el mundo. El hecho de que el gol de la victoria lo marcase Iniesta es un broche perfecto para los que defendemos que el futuro del fútbol no pasa por los gimnasios, sinó por los rondos.
El juego brusco, violento, de los holandeses, el antifútbol (que tanto se parecía al del Inter de Milán en la semi-final de la Champions League), no tuvo en esta ocasión su inmerecida recompensa.
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