Cuando uno empieza un artículo de opinión con esta frase: "Entremos un momento en un mundo de fantasía e imaginémonos que el Liverpool, con un nuevo entrenador y un equipo parcialmente renovado, ha arrancado la Liga con tres victorias y dos empates y en la Champions ha ganado sus primeros dos partidos, en un grupo complicado, sin conceder un gol.
(...) Sustituyamos ahora el nombre del Liverpool por del Madrid y el del Chelsea por el del Barcelona.", uno ya puede imaginarse que la cosa no va a ser muy seria, pero lo que uno no se espera es la cantidad de sandeces con las que John Carlin nos "deslumbró" ayer.En primer lugar ni el Liverpool es el Real Madrid ni el FC Barcelona es el Chelsea; ni son los mismo ni se parecen en nada ninguno de los dos a los dos equipos ingleses. Y todo adornado con un "parcialmente renovado" que resulta cuanto menos curioso para referirse a una inversión millonaria como la del Madrid.
Pero veamos cómo intenta Carlin argumentar en su artículo en El País "Mourinho une a España más que el jamón": "Si Roy Hodgson, el nuevo entrenador del Liverpool, hubiera empezado la mitad de bien que José Mourinho en el Madrid, estarían felices en Anfield." De nuevo la comparación con el Liverpool; comparación ridícula teniendo en cuenta la inversión realizada por el equipo blanco. La inversión está directamente relacionada con las expectativas creadas, y eso justifica que las expectativas puestas en el equipo blanco esten a años luz de las del equipo inglés.
"No importa que el Madrid prácticamente se haya clasificado para la segunda fase de la Copa de Europa tras ganar a un equipo francés fuera de casa: a Mourinho le han estado lloviendo palos toda la semana." La victoria del equipo blanco fue desplegando un juego mediocre, y gracias a la fortuna exclusivamente. Como ya dijimos en su momento: Ante un rival muy débil (de siete partidos en la Liga francesa lleva perdidos cinco y empatados dos), destacando especialmente en lo negativo su defensa (no han conseguido mantener en ninguno de los siete partidos su portería a cero), el Madrid sólo ha sido capaz de marcar un gol. "No importa que el Barcelona solo haya logrado empatar con un equipo ruso que dos semanas antes había perdido en esa catedral del fútbol llamada Copenhague: a Guardiola le llueven flores." El equipo ruso del que habla Carlin es el vigente campeón de la Liga Rusa, y actual segundo clasificado. La diferencia crucial es que el Barcelona controló el partido de principio a fin, y sólo una acción desafortunada de Alves concedió la posibilidad de marcar al Rubin. El Madrid no mereció en ningún momento ganar su partido.
"Se ha convertido en un artículo de fe que todo lo que hace y dice Mourinho es pecado y lo que hace y dice Guardiola es palabra de Dios." Las teorías conspiranoicas de Carlin se contradicen con el hecho simple e innegable que Mourinho se ha buscado enemigos en todos los campos en los que ha jugado, y en cada una de sus ruedas de prensa. Incluso algunos de sus defensores (Roncero, por ejemplo) lo han criticado ya.
"Uno propone la tesis de que Pedro León no es ni Maradona ni Zidane y le crucifican; el otro ironiza con que "mea colonia" y aplauden la gracia." Nueva afirmación tendenciosa de Carlin; nadie "crucifico" a Mourinho por decir que Pedro León no es ni Maradona ni Zidane, sinó la forma tan despectiva que lo dijo (Carlin tampoco debería olvidar lo de "hace dos meses jugaba en el Getafe") y por levantarse como un niño pequeño de la rueda de prensa porque no le gustaban las preguntas que le hacían. Además tampoco es cierto que a Guardiola le hayan aplaudido la gracia; sin ir más lejos, el director del diario más vendido de España (Marca) le ha atacado visceralmente.
Carlin olvida, cuesta creer que involuntariamente, el hecho de que Mourinho llegó al Madrid exclusivamente para obtener resultados y, hasta ahora, no lo ha hecho. Guardiola cree que el buen juego traerá los buenos resultados, Mourinho que los buenos resultados lo justifican todo. Por ello, cuando el Barcelona juega bien pero no consigue demostrarlo en el marcador, la afición puede ser más tolerante; por contra cuando el Real Moudrid juega mal, o lo que es peor, no juega, y los resultados no acompañan, el técnico portugués no tiene defensa.
(...) Sustituyamos ahora el nombre del Liverpool por del Madrid y el del Chelsea por el del Barcelona.", uno ya puede imaginarse que la cosa no va a ser muy seria, pero lo que uno no se espera es la cantidad de sandeces con las que John Carlin nos "deslumbró" ayer.En primer lugar ni el Liverpool es el Real Madrid ni el FC Barcelona es el Chelsea; ni son los mismo ni se parecen en nada ninguno de los dos a los dos equipos ingleses. Y todo adornado con un "parcialmente renovado" que resulta cuanto menos curioso para referirse a una inversión millonaria como la del Madrid.
Pero veamos cómo intenta Carlin argumentar en su artículo en El País "Mourinho une a España más que el jamón": "Si Roy Hodgson, el nuevo entrenador del Liverpool, hubiera empezado la mitad de bien que José Mourinho en el Madrid, estarían felices en Anfield." De nuevo la comparación con el Liverpool; comparación ridícula teniendo en cuenta la inversión realizada por el equipo blanco. La inversión está directamente relacionada con las expectativas creadas, y eso justifica que las expectativas puestas en el equipo blanco esten a años luz de las del equipo inglés.
"No importa que el Madrid prácticamente se haya clasificado para la segunda fase de la Copa de Europa tras ganar a un equipo francés fuera de casa: a Mourinho le han estado lloviendo palos toda la semana." La victoria del equipo blanco fue desplegando un juego mediocre, y gracias a la fortuna exclusivamente. Como ya dijimos en su momento: Ante un rival muy débil (de siete partidos en la Liga francesa lleva perdidos cinco y empatados dos), destacando especialmente en lo negativo su defensa (no han conseguido mantener en ninguno de los siete partidos su portería a cero), el Madrid sólo ha sido capaz de marcar un gol. "No importa que el Barcelona solo haya logrado empatar con un equipo ruso que dos semanas antes había perdido en esa catedral del fútbol llamada Copenhague: a Guardiola le llueven flores." El equipo ruso del que habla Carlin es el vigente campeón de la Liga Rusa, y actual segundo clasificado. La diferencia crucial es que el Barcelona controló el partido de principio a fin, y sólo una acción desafortunada de Alves concedió la posibilidad de marcar al Rubin. El Madrid no mereció en ningún momento ganar su partido.
"Se ha convertido en un artículo de fe que todo lo que hace y dice Mourinho es pecado y lo que hace y dice Guardiola es palabra de Dios." Las teorías conspiranoicas de Carlin se contradicen con el hecho simple e innegable que Mourinho se ha buscado enemigos en todos los campos en los que ha jugado, y en cada una de sus ruedas de prensa. Incluso algunos de sus defensores (Roncero, por ejemplo) lo han criticado ya.
"Uno propone la tesis de que Pedro León no es ni Maradona ni Zidane y le crucifican; el otro ironiza con que "mea colonia" y aplauden la gracia." Nueva afirmación tendenciosa de Carlin; nadie "crucifico" a Mourinho por decir que Pedro León no es ni Maradona ni Zidane, sinó la forma tan despectiva que lo dijo (Carlin tampoco debería olvidar lo de "hace dos meses jugaba en el Getafe") y por levantarse como un niño pequeño de la rueda de prensa porque no le gustaban las preguntas que le hacían. Además tampoco es cierto que a Guardiola le hayan aplaudido la gracia; sin ir más lejos, el director del diario más vendido de España (Marca) le ha atacado visceralmente.
Carlin olvida, cuesta creer que involuntariamente, el hecho de que Mourinho llegó al Madrid exclusivamente para obtener resultados y, hasta ahora, no lo ha hecho. Guardiola cree que el buen juego traerá los buenos resultados, Mourinho que los buenos resultados lo justifican todo. Por ello, cuando el Barcelona juega bien pero no consigue demostrarlo en el marcador, la afición puede ser más tolerante; por contra cuando el Real Moudrid juega mal, o lo que es peor, no juega, y los resultados no acompañan, el técnico portugués no tiene defensa.
John Carlin se muestra también totalmente incoherente, precisamente cuando habla de coherencia: "En Inglaterra, cuando estaba Mourinho en el Chelsea, había más matices. Y también más coherencia. Si eras del Manchester United, venerabas a Ferguson y detestabas a Mourinho -y a Wenger y Benítez-. La afición del Chelsea adoró a Mourinho.
(...)
Quizá las cosas acaben igual con Mourinho y la afición del Madrid, pero hoy costaría creerlo. Quinientos años de absolutismo católico han dejado su huella en los hábitos mentales de los españoles, sean o no creyentes. Relativizar es cosa de paganos. Hay buenos o malos. Se santifica o se demoniza. Los grises son cosa de guiris."
Es decir, para Carlin, coherencia es adorar al entrenador del equipo propio, a pesar de todo ("no matter what", como dirían los ingleses). Y afirma que había más mátices, simplemente por ello, porque los aficionados de cada equipo eran "fieles" a su entrenador.
(...)
Quizá las cosas acaben igual con Mourinho y la afición del Madrid, pero hoy costaría creerlo. Quinientos años de absolutismo católico han dejado su huella en los hábitos mentales de los españoles, sean o no creyentes. Relativizar es cosa de paganos. Hay buenos o malos. Se santifica o se demoniza. Los grises son cosa de guiris."
Es decir, para Carlin, coherencia es adorar al entrenador del equipo propio, a pesar de todo ("no matter what", como dirían los ingleses). Y afirma que había más mátices, simplemente por ello, porque los aficionados de cada equipo eran "fieles" a su entrenador.
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