![Otro fútbol es posible [OFEP]](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsgL_ebFFm1IR56griafRbmSpm7D7Db7843PSNHqeeuDm5ATsfUdmyxx8usMqyv1-poQhMVtDcz6o1Jd715K6GXPnJtBPU1TC210K3JGyaik6AhGvCvdcHyGsHPNXmpvSv4NyvK2EvKiE/s1600/OFEP-wide-top.jpg)
Aunque con un poco de retraso, precisamente por haber pasado el día de ayer en el país de Mourinho, Ronaldo, Pepe y Carvalho, llega el momento de reflexionar sobre el "clásico" del lunes.
Comenzaré con lo que me pareció más llamativo y sorprendente: el fracaso de Mourinho. Fracaso personal, más allá de los errores de algunos de sus jugadores, de la "desaparición" del campo de otros, el partido fue en su planteamiento y en su desarrollo un fracaso personal, a nivel profesional, de Mourinho.
De Mourinho hemos enumerado suficientemente sus defectos y excesos, pero tal vez nunca pensamos de él que fuese un "débil". Pero en el partido del lunes vimos al Mourinho más débil y pusilánime que nunca. Tanto es así que el público del Camp Nou le dedicó un incisivamente cruel "Sal del banquillo, Mourinho, sal del banquillo".
En primer lugar, la forma en que el portugués planteó el partido: salió a jugarle al FC Barcelona "de tú a tú"; gravísimo error. Todos los equipos que intentaron jugar contra el Barcelona de este modo pagaron carísima su aventura. Tal vez fuese su lado prepotente y pretencioso el que le hizo creer a Mourinho que su Madrid podía jugarle al Barcelona de Guardiola de igual a igual; o tal vez fuese la presión del madridismo. En cualquier caso, Mourinho había cavado su tumba antes de empezar el partido.
Lo más sorprendente fue que el mismo Mourinho que tan magistralmente y a la vez especulativamente había planteado el enfrentamiento Inter de Milán-FC Barcelona, plantease tan catastroficamente el FC Barcelona-Real Madrid.
Pero no sólo ésto, además durante el transcurso del encuentro Mourinho no hizo prácticamente nada. Cambio a Özil en el descanso, con un retraso que ya había echado dos grandes paladas de tierra sobre el ataud blanco, en forma de goles. Y en el minuto sesenta cambió al "colador" Marcelo. Nada más. Ni siquiera se produjo tras el descanso un amago de reacción blanca.
Comenzaré con lo que me pareció más llamativo y sorprendente: el fracaso de Mourinho. Fracaso personal, más allá de los errores de algunos de sus jugadores, de la "desaparición" del campo de otros, el partido fue en su planteamiento y en su desarrollo un fracaso personal, a nivel profesional, de Mourinho.
De Mourinho hemos enumerado suficientemente sus defectos y excesos, pero tal vez nunca pensamos de él que fuese un "débil". Pero en el partido del lunes vimos al Mourinho más débil y pusilánime que nunca. Tanto es así que el público del Camp Nou le dedicó un incisivamente cruel "Sal del banquillo, Mourinho, sal del banquillo".
En primer lugar, la forma en que el portugués planteó el partido: salió a jugarle al FC Barcelona "de tú a tú"; gravísimo error. Todos los equipos que intentaron jugar contra el Barcelona de este modo pagaron carísima su aventura. Tal vez fuese su lado prepotente y pretencioso el que le hizo creer a Mourinho que su Madrid podía jugarle al Barcelona de Guardiola de igual a igual; o tal vez fuese la presión del madridismo. En cualquier caso, Mourinho había cavado su tumba antes de empezar el partido.
Lo más sorprendente fue que el mismo Mourinho que tan magistralmente y a la vez especulativamente había planteado el enfrentamiento Inter de Milán-FC Barcelona, plantease tan catastroficamente el FC Barcelona-Real Madrid.
Pero no sólo ésto, además durante el transcurso del encuentro Mourinho no hizo prácticamente nada. Cambio a Özil en el descanso, con un retraso que ya había echado dos grandes paladas de tierra sobre el ataud blanco, en forma de goles. Y en el minuto sesenta cambió al "colador" Marcelo. Nada más. Ni siquiera se produjo tras el descanso un amago de reacción blanca.
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