

Curioso como se puede dar dos versiones distintas del mismo hecho: en portada de la edición electrónica de As puede leerse "Mou enfadó al Villarreal y él dice que buscaba a su hijo", pero al acceder a la misma noticia se puede leer el siguiente titular "Cani lanzó una botella a Mou cuando celebraba un gol", como si el pobre "Mou" pasase por allí y hubiese sido agredido sin explicación alguna.
Pero si algo nos gusta de Mourinho es su vena de vedette barata (en la línea de Carmen de Mairena) o de estrella de reality show a lo Belén Estaban; sólo le falta disfrazarse de cupletera para salir a la rueda de prensa y "jurar por su hijo":
"Juro por mi hijo que he ido a celebrar el gol con él, que se sienta siempre detrás del banquillo visitante y ellos han pensado que estaba por ahí de cachondeo, para provocar" [ABC]
A éste, que se declara día sí día también víctima de una conspiración judeo-masónica, se le permiten las provocaciones en todos los partidos. Y mientras el entrenador rival es expulsado por protestar a Mourinho se le permite provocar al rival (por enésima vez). No nos importa si su hijo estaba detrás del banquillo del Villareal o en Portugal, como entrenador tiene su zona perfectamente delimitada y no debería salir de ella, que invada la zona técnica delimitada para el equipo rival es razón suficiente para sancionarle, que lo haga para celebrar un gol es, además, un agravante.
Pero si algo nos gusta de Mourinho es su vena de vedette barata (en la línea de Carmen de Mairena) o de estrella de reality show a lo Belén Estaban; sólo le falta disfrazarse de cupletera para salir a la rueda de prensa y "jurar por su hijo":
"Juro por mi hijo que he ido a celebrar el gol con él, que se sienta siempre detrás del banquillo visitante y ellos han pensado que estaba por ahí de cachondeo, para provocar" [ABC]
A éste, que se declara día sí día también víctima de una conspiración judeo-masónica, se le permiten las provocaciones en todos los partidos. Y mientras el entrenador rival es expulsado por protestar a Mourinho se le permite provocar al rival (por enésima vez). No nos importa si su hijo estaba detrás del banquillo del Villareal o en Portugal, como entrenador tiene su zona perfectamente delimitada y no debería salir de ella, que invada la zona técnica delimitada para el equipo rival es razón suficiente para sancionarle, que lo haga para celebrar un gol es, además, un agravante.
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