Mientras en el vestuario se suceden los rumores sobre desavenencias en el vestuario blanco (entre Casillas y Ronaldo) y se conocen enfrentamientos muy graves (entre Gago y Pedro León) las cosas en los despachos no parecen estar mucho más tranquilas:
"Jorge Valdano presentó su dimisión la semana pasada a Florentino Pérez para cerrar de una vez el contencioso con Mourinho. El presidente del Madrid le convenció para que aguantara hasta final de temporada, momento en el que considerará la situación del primer año del técnico al frente del equipo. El director general aceptó y seguirá en su cargo, aunque continúa con su política de alejamiento del entrenador." [El Periodico]
"Jorge Valdano presentó su dimisión la semana pasada a Florentino Pérez para cerrar de una vez el contencioso con Mourinho. El presidente del Madrid le convenció para que aguantara hasta final de temporada, momento en el que considerará la situación del primer año del técnico al frente del equipo. El director general aceptó y seguirá en su cargo, aunque continúa con su política de alejamiento del entrenador." [El Periodico]
Valdano siempre ha sido un figurante que únicamente ocupa el cargo por su gran oratoria.
ResponderEliminarSiempre ha fichado Florentino y este año el mismo Mou se ha encargado de ello, por tanto entre que no desempeña ningún trabajo y las constantes deacreditaciones de Mou no le ha quedado más remedio que coger la puerta..
Por cierto a partir de Junio ya aprovechará su excelente verborrea en algún medio de comunicación...
T
Totalmente de acuerdo. Valdano siempre me ha parecido un pseudo-filósofo del fútbol.
ResponderEliminarEstá claro que las palabras que Valdano dedicó a Mourinho tiempo atrás presagiaban una relación difícil:
“A Benítez y Mourinho la vida les ha cruzado en desafíos de gran difusión mediática. Por eso se miran con una inevitable desconfianza. Pero, aunque la puesta en escena es casi opuesta, tienen dos relevantes puntos en común: hambre atrasada de gloria y el gusto por tenerlo todo bajo control. Puntos en común relacionados con un hecho trascendente: ninguno de los dos fue jugador de alto nivel. Eso les ha hecho concentrar toda su vanidad en la tarea de entrenar, lo que explica el hambre atrasada de gloria. El deseo de control tiene otra profundidad. Creo que quien no tuvo talento para jugar no cree lo suficiente en el talento del jugador, en la capacidad para improvisar soluciones. En definitiva: son el tipo de entrenadores que ellos mismo hubieran necesitado tener para haber llegado a jugar profesionalmente."