En el periodismo deportivo actual cualquier cosa se convierte en motivo de polémica. Especialmente en España. Además desde algunos medios madridistas, escocidos con las vergüenzas infográficas, se vigila cualquier movimiento de la prensa barcelonista para gritar "¡Y tú más!".
Ahora bien, hay discusiones que no tienen sentido, como por ejemplo, la polémica acerca de los aplausos que Mascherano recibió tras sus declaraciones acerca del partido contra el Arsenal:
A propósito de estos aplausos, escribía Sergio Barriocanal, y secundaban en La libreta de Van Gaal:
"El ida y vuelta que se traen Barcelona y Real Madrid, Real Madrid y Barcelona, con sus medios afines le está haciendo daño al periodismo y a las aficiones, no sólo las propias sino a la del resto de equipos que aumentan su animadversión por culpa de plumas con camiseta y forofos en las salas de prensa, aunque haya aficionados que se identifiquen e idolatren a este nuevo género de periodistas. Admito que la venta de ejemplares, oyentes, televidentes o tráfico en internet es el objetivo final de las empresas periodísticas, pero el tono que está adquiriendo el análisis y la información futbolística (creo que sólo pasa con el fútbol) no es lo que nos enseñaron, si es que alguna vez aprendimos algo. Pase que la objetividad sea difícil de encontrar, pero la dignidad no se puede perder. Lo próximo será hacerle la ola a Mourinho en Valdebebas o mantear a Guardiola en el Camp Nou."
Los aplausos son inusuales en las ruedas de prensa, y suelen producirse cuando el que la concede anuncia su retirada o por motivos de este tipo. No suelen producirse porque un jugador haga un ejercicio de sentido común (como el realizado por Mascherano), tal vez porque los futbolistas no suelen realizar declaraciones dignas de mención y que acierten tanto en el diagnóstico de la situación.
No creo que los aplausos sean apropiados, pero tampoco las críticas vertidas. Como ya he dicho, me parecen más producto de la necesidad de algunos medios de diluir su (ir)responsabilidad moral en el ejercicio de su profesión (léase Indas) que por las consecuancias que puedan sacarse de los aplausos.
Nadie ha dicho nada sobre si las preguntas que se le formularon a Mascherano fueron más o menos acertadas, o sobre sí lo que esos periodistas escribieron en sus periodicos se ajustaba o no a las palabras del jugador, que es lo que realmente determina la profesionalidad de un periodista, sinó que se critica que aplaudiesen, como si eso fuese prueba de algo.
Ahora bien, hay discusiones que no tienen sentido, como por ejemplo, la polémica acerca de los aplausos que Mascherano recibió tras sus declaraciones acerca del partido contra el Arsenal:
A propósito de estos aplausos, escribía Sergio Barriocanal, y secundaban en La libreta de Van Gaal:
"El ida y vuelta que se traen Barcelona y Real Madrid, Real Madrid y Barcelona, con sus medios afines le está haciendo daño al periodismo y a las aficiones, no sólo las propias sino a la del resto de equipos que aumentan su animadversión por culpa de plumas con camiseta y forofos en las salas de prensa, aunque haya aficionados que se identifiquen e idolatren a este nuevo género de periodistas. Admito que la venta de ejemplares, oyentes, televidentes o tráfico en internet es el objetivo final de las empresas periodísticas, pero el tono que está adquiriendo el análisis y la información futbolística (creo que sólo pasa con el fútbol) no es lo que nos enseñaron, si es que alguna vez aprendimos algo. Pase que la objetividad sea difícil de encontrar, pero la dignidad no se puede perder. Lo próximo será hacerle la ola a Mourinho en Valdebebas o mantear a Guardiola en el Camp Nou."
Los aplausos son inusuales en las ruedas de prensa, y suelen producirse cuando el que la concede anuncia su retirada o por motivos de este tipo. No suelen producirse porque un jugador haga un ejercicio de sentido común (como el realizado por Mascherano), tal vez porque los futbolistas no suelen realizar declaraciones dignas de mención y que acierten tanto en el diagnóstico de la situación.
No creo que los aplausos sean apropiados, pero tampoco las críticas vertidas. Como ya he dicho, me parecen más producto de la necesidad de algunos medios de diluir su (ir)responsabilidad moral en el ejercicio de su profesión (léase Indas) que por las consecuancias que puedan sacarse de los aplausos.
Nadie ha dicho nada sobre si las preguntas que se le formularon a Mascherano fueron más o menos acertadas, o sobre sí lo que esos periodistas escribieron en sus periodicos se ajustaba o no a las palabras del jugador, que es lo que realmente determina la profesionalidad de un periodista, sinó que se critica que aplaudiesen, como si eso fuese prueba de algo.
Ciertamente parece que en la Capital del Reino no saben lo que es el coleguismo o la solidaridad entre compañeros periodistas.
ResponderEliminarSe han dedicado con mucha más vehemencia a criticar los aplausos a Mascherano que le dedicó la prensa de Bcn en la rueda de prensa, que a defender a su compañero Madrileño tras los ataques hacia él de Mourinho.
Si por unos aplausos a un jugador por salirse de la rutina y de los tópicos futbolísticos montan este “sidral” puede indicar dos cosas, o bien que son egoístas con los compañeros de gremio y critican todo lo que huele a blaugrana o que les faltan temas por opinar, que no creo que sea éste el motivo…
T (colaborador)