Esta mañana nos levantamos con un Roberto Palomar en las páginas de Marca más justiciero que jamás lo haya sido Garzón en sus buenas épocas..
Que Piqué se provocó la tarjeta es muy obvio, ahora bien, que el árbitro Pérez Lasa tenga que poner en el acta que Piqué intencionadamente buscó la cartulina ya es una falta de información como un piano, ya que, Sr. Palomar se nota que Usted no conoce que el árbitro simplemente debe reflejar en el acta el motivo de la amonestación , es decir por pérdida de tiempo y nunca los colegiados pueden reflejar en el acta porque lo tienen prohibido que lo hizo intencionadamente o no para recibir con ello la amonestación.
Palomar: “El problema es que Pérez Lasa, tan sonriente a la hora de enseñarle la tarjeta, no tuvo cuajo después para escribir en el acta lo que todo el mundo vio: que Piqué fue de listo y se puso el reglamento por montera. Tan mal estuvo el jugador, que se pasó de espabilado, como el árbitro, que cometió un error administrativo en la redacción que puede acabar beneficiando al infractor que, a base de subterfugios, puede conseguir su objetivo: una sanción a la carta.”
Por último si en la Meseta muchos están seguros que la liga está casi decidida y que el fin de ciclo culé ya ha llegado, no entiendo a que viene ahora ese ataque de ira hacia la acción de Piqué y menos aún recordar a estas alturas el lanzamiento del cochinillo a Figo...
T (BCN)
miércoles, 30 de noviembre de 2011
Parece que en Madrid no se fían de los 6 puntos, por T
Etiquetes de comentaris:
amonestaciones,
gerard pique,
marca,
roberto palomar,
sancion,
tarjeta
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Se lo crean o no, casualmente esta mañana he topado con este articulo de Palomar, y por una vez que leo a este individuo, veo que efectivamente , da que hablar.
ResponderEliminarEste impresentable, ha escupido este artículo que lo podría firmar el mismísimo Ochaíta, infausto jefe nazi de los Ultrasur.
Sin duda, como ya dije en su día, el Real Madrid no solamente es segundón, sino que actualmente vapulea demencialmente sus miserias.