El efecto del resultado del partido de anoche ha sido más duro para unos y placentero para los otros gracias al estado de animo previo con el que afrontaban el partido.
Por ello, hemos calificado el animo de los aficionados azulgrana de "confianza" y el de los blancos de "convicción".
Los aficionados madridistas estaban convencidos (en su inmensa mayoría) de la victoria de su equipo. La trayectoria del equipo blanco les llevaba a una certeza absoluta en que su equipo sería por fin superior al rival.
¿Cuál es el problema? Que la experiencia de la era Guardiola debería llevar a los madridistas a una mayor prudencia. Desde el iniciático 2-6, cada vez que FCB y RMA se han enfrentado, los aficionados madridistas han dado por segura la victoria (especialmente desde la llegada de Mourinho) y, salvo el día de la Supercopa, no lo han conseguido.
Por su parte, los aficionados azulgrana también tenían cierto temor ante el equipo de Mourinho o, más concretamente, ante su capacidad atacante. Pero también había un sentimiento de confianza, de confianza no en la victoria sinó en estos jugadores, unos jugadores que son capaces de superar cualquier obstáculo. Cualquiera que crea que tiene un partido ganado ante estos jugadores es un estúpido o un loco.
Nadie puede negar que el RMA tiene algunos de los mejores jugadores del mundo pero:
1. Es una mémez que sean mejores que los del FCB. Podríamos aceptar que en ataque y, a nivel global, están igualados en calidad, aunque el RMA tiene mayor cantidad de efectivos. Pero tanto en defensa como, especialmente, en el medio campo, el FCB es superior. El FCB no sólo es superior en el medio campo, sinó que incluso el banquillo del FCB es superior en el medio campo al equipo titular del RMA.
2. El FCB de Guardiola tiene algo que el RMA no tiene: una conexión. No sólo es el tiqui-taca, no sólo es la movilidad de sus jugadores, ni la visión de juego. Es algo mucho más profundo y que no se entrena haciendo rondos. Por ello muchos de los jugadores fichados han sido incapaces de establecer esa conexión con sus compañeros y han salido del equipo con más pena que gloria. Esa conexión es permanente (no se da en todos los partidos) pero el día que se produce, ningún equipo puede ganar al FCB.
Por ello, hemos calificado el animo de los aficionados azulgrana de "confianza" y el de los blancos de "convicción".
Los aficionados madridistas estaban convencidos (en su inmensa mayoría) de la victoria de su equipo. La trayectoria del equipo blanco les llevaba a una certeza absoluta en que su equipo sería por fin superior al rival.
¿Cuál es el problema? Que la experiencia de la era Guardiola debería llevar a los madridistas a una mayor prudencia. Desde el iniciático 2-6, cada vez que FCB y RMA se han enfrentado, los aficionados madridistas han dado por segura la victoria (especialmente desde la llegada de Mourinho) y, salvo el día de la Supercopa, no lo han conseguido.
Por su parte, los aficionados azulgrana también tenían cierto temor ante el equipo de Mourinho o, más concretamente, ante su capacidad atacante. Pero también había un sentimiento de confianza, de confianza no en la victoria sinó en estos jugadores, unos jugadores que son capaces de superar cualquier obstáculo. Cualquiera que crea que tiene un partido ganado ante estos jugadores es un estúpido o un loco.
Nadie puede negar que el RMA tiene algunos de los mejores jugadores del mundo pero:
1. Es una mémez que sean mejores que los del FCB. Podríamos aceptar que en ataque y, a nivel global, están igualados en calidad, aunque el RMA tiene mayor cantidad de efectivos. Pero tanto en defensa como, especialmente, en el medio campo, el FCB es superior. El FCB no sólo es superior en el medio campo, sinó que incluso el banquillo del FCB es superior en el medio campo al equipo titular del RMA.
2. El FCB de Guardiola tiene algo que el RMA no tiene: una conexión. No sólo es el tiqui-taca, no sólo es la movilidad de sus jugadores, ni la visión de juego. Es algo mucho más profundo y que no se entrena haciendo rondos. Por ello muchos de los jugadores fichados han sido incapaces de establecer esa conexión con sus compañeros y han salido del equipo con más pena que gloria. Esa conexión es permanente (no se da en todos los partidos) pero el día que se produce, ningún equipo puede ganar al FCB.
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