Poco a poco, día a día, el Barça es menos Barça. Cada día, algo que definía al Barça, algo que justificaba el "Més que un club" desaparece. Si un barcelonista tuviese hoy que justificar porque el Barça es més que un club, no sabría qué decir.
Hemos vendido la camiseta, pasando del orgullo de lucir UNICEF a mancharla con Qatar Airways, la compañía aérea de un estado más bien oscuro (desautorizando a Amnistía Internacional por el camino), mintiendo tanto al afirmar que era imprescindible para mantenerse en la élite, como al decir que era el mejor contrato que se podía firmar; ni seguimos en la élite, ni era imprescindible (pues el superávit de este año iguala los ingresos por la publicidad), ni es el mejor contrato que se podía firmar (como demuestra el del Manchester United). Ah, y lo próximo es el nombre del campo. Pero es que sus relaciones con Qatar previas a ser presidente del FCB y los contratos que ha firmado posteriormente con este país, serían en cualquier político motivo de una investigación judicial.
Tenemos el presidente de equipo de fútbol europeo al que más veces se ha descubierto mintiendo (venta de sus empresas, pacto con los Boixos, cláusula de Thiago...). Tenemos un presidente que va restringiendo el acceso al Camp Nou a cada vez más colectivos (siendo el de los niños el más escándaloso), y que fue creador de una empresa que sorprendentemente revende entradas del mismo Camp Nou.
Tenemos un presidente que no sabe hablar, y cuando lo hace, además de avergonzar al barcelonismo, miente o cae en la demagogía más miserable.
En el aspecto deportivo, tenemos un presidente que sólo sigue un criterio: tomar siempre la decisión menos arriesgada, aunque no sea la mejor para el equipo. Mantuvo a Tito Vilanova al final de la temporada 2012-1013 a pesar de que era evidente que no era el técnico que el equipo necesitaba. Cuando Tito no pudo seguir, se vió obligado a buscar un entrenador a toda prisa. Además ha organizado la peor pretemporada que se recuerda en un equipo de fútbol de élite.
Pero todo lo anterior, tiene en teoría arreglo, cuando Rosell se vaya, el contrato con Qatar podrá ser renegociado, sus chanchullos con las entradas podrán ser revisados y corregidos, etc. Pero hay algo que no tendrá fácil arreglo: y es la destrucción sistemática e intencionada de todas las estructuras deportivas del equipo. Técnicos, preparadores físicos, todos son sustituidos. Y la única explicación que se nos da, es que Guardiola se llevó a dos técnicos. Aunque hubiese sido imposible retenerlos, cosa que cuesta de creer, ¿y el resto? ¿Por qué no se los renovó?
Esta última semana hemos tenido más noticias que muestran el absoluto desprecio que esta directiva siente por el fútbol base:
- Renovación de confianza en Eusebio, cuestionadísimo.
- Traslado del Mini Estadi fuera de Barcelona, y reducición de su capacidad de 15.000 a 6.000 espectadores (la mínima exigida por la Liga).
Mientras el resto de equipos del mundo intentan copiar el modelo del Barça (fútbol de toque, todos los niveles del fútbol base siguiendo el mismo estilo de juego, etc.), los directivos del FCB han decidido que esto es el pasado.
Ante toda esta mediocridización del FC Barcelona, los poderes fácticos blaugranas ha empezado a aplicar el "Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades" a la realidad del Barça, "Estamos muy mal acostumbrados."
La realidad es que durante el mandato del "payaso" Laporta, el FCB pasó de ser el eterno aspirante a ser el equipo más gran del mundo. La Junta actual va en camino de devolverlo a su papel segundón. Con el agravante de que intenten convencernos que este lugar secundario es el que nos corresponde.
Cualquiera que no aspire a mantener al FC Barcelona como el equipo más grande del mundo que era hace dos años, que se vaya. Y que venga alguien con cojones.
Cruyff, Laporta y Guardiola, con todos sus defectos (que en alguno de ellos, era muchos), dan mil vueltas a esta junta de mediocres que preside Sandro Rosell.
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