Ante esta pregunta no cabe otra respuesta que sí, el equipo de Pep Guardiola juega mucho peor que el año anterior. La pregunta lógica es entonces, ¿tienen los aficionados del FC Barcelona motivos para preocuparse? La respuesta a esta pregunta no es tan simple, y requiere discernir cuales son las causas del empeoramiento del juego del Barcelona.
Existe evidentemente, una preocupante falta de precisión con una cantidad increible de pérdidas de balón. Sin duda esto es impropio de estos jugadores, cuya calidad y habilidad para el toque quedo más que demostrada en la anterior campaña. Es sólo una cuestión de tiempo que el juego rápido del Barcelona vuelva a aparecer.
Existe otro factor importante, y en mi opinión más crucial: el centro del campo. Ya en la campaña anterior, muchos de los entrenadores de los equipos con los que se enfrentó el Barcelona intentaron anular a Xavi Hernández colocándole un jugador permanentemente pegado (como sucedió ayer contra el Almería). Esta técnica, si bien acertada, presenta un problema: mayor libertad para el resto de jugadores del centro del campo azulgrana, que puede pasar su juego por Iniesta o Touré. Entonces, ¿por qué ayer no funcionó esta via alternativa? Básicamente porque tanto Andrés Iniesta como Touré Yaya estan en baja forma. Iniesta ha regresado de una lesión que le ha tenido apartado de los terrenos de juegos durante tres meses. Por su parte Touré parece unos de esos jugadores que necesitan un poco más de tiempo que el resto de sus compañeros para ponerse a tono al inicio de campaña. Tanto uno como el otro irán aumentando su rendimiento a medida que pasen las semanas, haciendo que el Barcelona de Guardiola recupere la velocidad de movimiento del balón.
Mientras tanto, el FC Barcelona ha solventado todos sus partidos, con posesiones abrumadores (en el partido de ayer alcanzó el 72%), lo que debe tranquilizar a los aficionados azulgrana: la posesión del balón continua, sólo falta recuperar la velocidad.
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