No es difícil darse cuenta de que ahora mismo Cristiano Ronaldo desearía estar ahora en el cuerpo de Lionel Messi. No tener su cuerpo, es cierto, pero sí estar en su situación.
Incluso sus defensores más acérrimos admiten que la vanidad es uno de los principales motores del portugués. Aparte del dinero, su llegada al Real Madrid se explica por su deseo de ser el mejor jugador del mundo, condición que el argentino le arrebató con una diferencia abismal la temporada pasada. Seguramente imaginaba que la reedición del Madrid de los galácticos le garantizaba competir hasta el último momento en todas las competiciones posibles. Evidentemente no ha sido así. Apeados humillantemente en la Copa del Rey, habiendo fracasado también en la Champions League, todas sus esperanzas estan puestas en la Liga. ¿Qué daría ahora para jugar en el FC Barcelona, cuyo futuro tanto en la Champions como en la Liga depende exclusivamente de sí mismos?
Cristiano seguramente piensa que él debería estar en el lugar de Messi; incluso es probable que crea que si estuviese en el lugar de Messi, podría estar a su nivel. Un grave error...
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