El año pasado Cristiano Ronaldo, Kaká y Benzemá (entre otros) se convirtieron en la gran esperanza del madridismo. Su llegada redimiría al club de su año en blanco, y del 2-6.
Un año después las esperanzas se han convertido en fracasos y (casi) todo el madridismo mediático exige la cabeza de Pellegrini.
Ahora todas sus esperanzas están puestas en Mourinho, un entrenador que este año calificó a su equipo, el Inter de Milán, gracias a Benquerança en Milán y confiando en un 25% de posesión de balón en Barcelona. Es cierto que Mourinho es un técnico ganador pero, ¿a qué precio?
Muchos de los periodistas madridistas admiten/afirman que uno de los grandes puntos a favor de Mourinho es el hecho de haber eliminado al FC Barcelona de la Champions League. De ser cierto, diría mucho del estado moral del madridismo.
Aunque también hay que analizar el juego que daría a la prensa deportiva de la capital que un individuo como Mourinho sea el entrenador del Madrid. Más allá de si generará o no títulos, nadie duda que generará multiples titulares y, al fin y al cabo, de eso vive la prensa.
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