Entre las imágenes simpáticas que nos ha dejado el partido de ayer hay una que me ha parecido especialmente entrañable, y es esta de Cristiano Ronaldo y Andrés Iniesta contemplando la tangana final.
Tengo que confesar que Cristiano me cae cada vez menos mal. Al fin y al cabo desde que es consciente de la inmensa diferencia entre él y Messi parece un jugador mucho menos irritante. Incluso ha tenido momentos de humor, como aquel anuncio en el que confesaba que no "le gusta perder ni en las cánicas".
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