"El mejor equipo de la historia no tiene rival. El Barça derrotó de nuevo al Real Madrid en el Santiago Bernabeu (1-3), algo que se está convirtiendo en habitual en las últimas temporadas. Y lo hizo rizando el rizo, tras encajar el gol más tempranero de los clásicos por un regalo de Víctor Valdés.
El conjunto azulgrana, líder aunque con un partido más, dio un baño de juego al eterno rival en la segunda mitad. Era la demostración que Messi, Xavi, Iniesta y compañía han nacido para jugar este tipo de partidos. Nunca les pudo la presión. Confiaron al máximo en sus posibilidades, incluso cuando el marcador y el partido estaba más cuesta arriba.
Venció con claridad, desperdiciando una cantidad ingente de oportunidades ante un Madrid que se rompió nada más perder la ventaja en el marcador.
(...)
Costaba y costaba mover la pelota hasta que Guardiola ordenó un cambio de sistema. El técnico fue valiente y apostó por la defensa de tres, adelantando a Alves al mediocampo. Con un dispositivo 3-6-1, con mucho talento por dentro y encomendándose a Messi para revertir la situación.
Al mejor jugador del mundo le faltó un poco de acierto para batir a Casillas con un tiro raso en el minuto seis -tras aprovechar un resbalón de Ramos- pero destrozó a la defensa local en el 30 con una cabalgada en la que superó a tres rivales y asistió a Alexis. El 1-1 acabó con el sufrimiento azulgrana.
El fútbol fue por fin protagonista del clásico. Dos equipos más preocupados en resolver los problemas tácticos que le planteaba el rival que en pasarse el partido protestando al árbitro. Guardiola sorprendió con la titularidad de Alexis Sánchez y aún más situando al chileno de nueve mientras Villa empezaba el encuentro en el banquillo.
Los problemas físicos de Arbeloa dieron la coartada perfecta a Mourinho para poner en el once a Coentrao, su fichaje de 30 millones de euros que no está demostrando, de momento, valer ni mucho menos esa cantidad. Como lateral derecho, sin embargo, el jugador portugués no da la talla. Pero el Barça, que descartó atacar por la bandas, no aprovechó esa ventaja en la primera mitad.
El Barça fue más fiel a sus ideales a la vuelta de los vestuarios. Cesc, Xavi, Iniesta y Messi se encontraron con mucha facilidad. Cada vez con más soltura y tranquilidad -solo alterada por algún contragolpe ocasional del Madrid, entre ellos una ocasión clarísima de Cristiano Ronaldo- los azulgrana se adueñaron del encuentro." [La Vanguardia]
El conjunto azulgrana, líder aunque con un partido más, dio un baño de juego al eterno rival en la segunda mitad. Era la demostración que Messi, Xavi, Iniesta y compañía han nacido para jugar este tipo de partidos. Nunca les pudo la presión. Confiaron al máximo en sus posibilidades, incluso cuando el marcador y el partido estaba más cuesta arriba.
Venció con claridad, desperdiciando una cantidad ingente de oportunidades ante un Madrid que se rompió nada más perder la ventaja en el marcador.
(...)
Costaba y costaba mover la pelota hasta que Guardiola ordenó un cambio de sistema. El técnico fue valiente y apostó por la defensa de tres, adelantando a Alves al mediocampo. Con un dispositivo 3-6-1, con mucho talento por dentro y encomendándose a Messi para revertir la situación.
Al mejor jugador del mundo le faltó un poco de acierto para batir a Casillas con un tiro raso en el minuto seis -tras aprovechar un resbalón de Ramos- pero destrozó a la defensa local en el 30 con una cabalgada en la que superó a tres rivales y asistió a Alexis. El 1-1 acabó con el sufrimiento azulgrana.
El fútbol fue por fin protagonista del clásico. Dos equipos más preocupados en resolver los problemas tácticos que le planteaba el rival que en pasarse el partido protestando al árbitro. Guardiola sorprendió con la titularidad de Alexis Sánchez y aún más situando al chileno de nueve mientras Villa empezaba el encuentro en el banquillo.
Los problemas físicos de Arbeloa dieron la coartada perfecta a Mourinho para poner en el once a Coentrao, su fichaje de 30 millones de euros que no está demostrando, de momento, valer ni mucho menos esa cantidad. Como lateral derecho, sin embargo, el jugador portugués no da la talla. Pero el Barça, que descartó atacar por la bandas, no aprovechó esa ventaja en la primera mitad.
El Barça fue más fiel a sus ideales a la vuelta de los vestuarios. Cesc, Xavi, Iniesta y Messi se encontraron con mucha facilidad. Cada vez con más soltura y tranquilidad -solo alterada por algún contragolpe ocasional del Madrid, entre ellos una ocasión clarísima de Cristiano Ronaldo- los azulgrana se adueñaron del encuentro." [La Vanguardia]
No hay comentarios:
Publicar un comentario