Cuando a Mourinho le preguntaron si había dado con la "tecla" para vencer al FCB, respondió con un escueto: "No". Y desde luego, el resultado de anoche parece confirmar esta negativa. Verdaderamente la alineación que Mourinho planteó anoche ante el FCB bien merece un análisis.
Una apuesta arriesgada, sin duda. Desde luego no por el fútbol de creación, sinó más bien la antítesis absoluta, pero arriesgada por los jugadores elegidos. Nunca como anoche el Real Madrid había sido tan interista: en muchas fases del partido, sinó todas, el Madrid planteó una catenaccio puro y duro (mucho más de lo segundo que de lo primero). Pero claro, este planteamiento es muy arriesgado cuando los jugadores que deben llevarlo a cabo están acostumbrados, no a dominar los partidos, sinó a ganarlos con cuatro contragolpes letales y sin gran esfuerzo.
Mourinho ha sido linchado por su planteamiento de anoche pero, ¿está justificado? Mi opnión es que sí. El portugués planteó una defensa de cuatro, con un jugador en el que no suele confiar (Altintop), otro que no jugaba desde septiembre (Carvalho) y otro que fracasó totalmente en el anterior enfrentamiento entre ambos equipos (Coentrao). El cuarto fue Sergio Ramos.
En el medio campo dibujó probablemente la alternativa más pobre, cobarde y rácana de la historia del club blanco: Lass y Pepe acompañando a Xabi Alonso.
Y en el ataque puso a sus tres delanteros más en forma: Cristiano, Benzemá e Higuaín.
Es decir, las únicas líneas que transmitían cierta confianza, las únicas líneas propias de un equipo grande, de un equipo que aspira a ganarlo todo, eran la portería y el ataque.
Pero sobretodo, la obviedad era que Mourinho no pretendía crear nada parecido a fútbol, sinó destruir el elaborado por el FCB y confiar en los (normalmente) mortales contragolpes de su equipo.
Para ello renunció totalmente al medio del campo, confiando en que los jugadores "destructivos" (alguno sin las comillas) que había dispuesto recuperarían balones y serían capaces de hacerlos llegar a los delanteros. Pero no sucedió ni lo uno ni lo otro; ni sus jugadores destructivos recuperaron balones ni, los pocos que recuperaron, fueron capaces de hacerlos llegar a los delanteros.
Y aunque la suerte le acompañó al incio del partido, con el gol en una de las poquísimas ocasiones que creó su equipo, la táctica del portugués no dió más que para tres o cuatro ocasiones en todo el partido.
Y eso es quizás lo más remarcable del partido de anoche. A pesar de que el resultado sea de los más ajustados, la posesión de balón fue exageradamente azulgrana, algo que, digan lo que digan, un equipo como el Real Madrid no puede tolerar en su campo.
Tal vez la gran diferencia con otras ocasiones fue el inicio. Si en los partidos anteriores, el RMA había protagonizado un inicio arrollador, creando ocasiones, que posteriormente se había diluido; anoche no hubo ni siquiera inicio arrollador, sólo una escapada de Cristiano aislada que terminó en gol.
Como opinión personal, incluso diría que hacía tiempo que el FCB no estaba tan a gusto en el terreno de juego, que disfrutaban tanto. Al menos yo, y esa fue mi percepción, hacía muchos (muchísimos) partidos que no veía a los azulgrana triangular tanto en la frontal del área (como en los buenos tiempos) como anoche, en ocsaiones incluso con aquella obstinación por entrar por el centro que tanto nos desquiciaba en temporadas pasadas.
Simpre nos quedará el consuelo de que en esta ocasión el portugués no sacase a Marcelo a repartir (y no precisamente balones).
Una apuesta arriesgada, sin duda. Desde luego no por el fútbol de creación, sinó más bien la antítesis absoluta, pero arriesgada por los jugadores elegidos. Nunca como anoche el Real Madrid había sido tan interista: en muchas fases del partido, sinó todas, el Madrid planteó una catenaccio puro y duro (mucho más de lo segundo que de lo primero). Pero claro, este planteamiento es muy arriesgado cuando los jugadores que deben llevarlo a cabo están acostumbrados, no a dominar los partidos, sinó a ganarlos con cuatro contragolpes letales y sin gran esfuerzo.
Mourinho ha sido linchado por su planteamiento de anoche pero, ¿está justificado? Mi opnión es que sí. El portugués planteó una defensa de cuatro, con un jugador en el que no suele confiar (Altintop), otro que no jugaba desde septiembre (Carvalho) y otro que fracasó totalmente en el anterior enfrentamiento entre ambos equipos (Coentrao). El cuarto fue Sergio Ramos.
En el medio campo dibujó probablemente la alternativa más pobre, cobarde y rácana de la historia del club blanco: Lass y Pepe acompañando a Xabi Alonso.
Y en el ataque puso a sus tres delanteros más en forma: Cristiano, Benzemá e Higuaín.
Es decir, las únicas líneas que transmitían cierta confianza, las únicas líneas propias de un equipo grande, de un equipo que aspira a ganarlo todo, eran la portería y el ataque.
Pero sobretodo, la obviedad era que Mourinho no pretendía crear nada parecido a fútbol, sinó destruir el elaborado por el FCB y confiar en los (normalmente) mortales contragolpes de su equipo.
Para ello renunció totalmente al medio del campo, confiando en que los jugadores "destructivos" (alguno sin las comillas) que había dispuesto recuperarían balones y serían capaces de hacerlos llegar a los delanteros. Pero no sucedió ni lo uno ni lo otro; ni sus jugadores destructivos recuperaron balones ni, los pocos que recuperaron, fueron capaces de hacerlos llegar a los delanteros.
Y aunque la suerte le acompañó al incio del partido, con el gol en una de las poquísimas ocasiones que creó su equipo, la táctica del portugués no dió más que para tres o cuatro ocasiones en todo el partido.
Y eso es quizás lo más remarcable del partido de anoche. A pesar de que el resultado sea de los más ajustados, la posesión de balón fue exageradamente azulgrana, algo que, digan lo que digan, un equipo como el Real Madrid no puede tolerar en su campo.
Tal vez la gran diferencia con otras ocasiones fue el inicio. Si en los partidos anteriores, el RMA había protagonizado un inicio arrollador, creando ocasiones, que posteriormente se había diluido; anoche no hubo ni siquiera inicio arrollador, sólo una escapada de Cristiano aislada que terminó en gol.
Como opinión personal, incluso diría que hacía tiempo que el FCB no estaba tan a gusto en el terreno de juego, que disfrutaban tanto. Al menos yo, y esa fue mi percepción, hacía muchos (muchísimos) partidos que no veía a los azulgrana triangular tanto en la frontal del área (como en los buenos tiempos) como anoche, en ocsaiones incluso con aquella obstinación por entrar por el centro que tanto nos desquiciaba en temporadas pasadas.
Simpre nos quedará el consuelo de que en esta ocasión el portugués no sacase a Marcelo a repartir (y no precisamente balones).
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