En As no han superado aun el tropiezo del Real Madrid. Por ello, se han dado un baño de victimismo barato, eso que ellos llaman "villarato".
Su director, Alfredo Relaño, titula su editorial: "El villarato ha agrandado la brecha".
Como hemos comprobado tantas veces, se inicia el artículo admitiendo la superioridad del FCB (para conseguir así, presuntamente, algo de credibilidad):
"No tengo ninguna duda de que el Barça es el mejor equipo que hay, no digo ya en España, sino en cualquier parte. Quitarle la Liga es imposible. El Madrid lo ha intentado hasta donde ha podido y ya pierde la estela, antes de lo previsto."
Para después poder quitarlet todos los méritos hábidos y por haber:
"Ocurrió anteanoche, cuando Piqué tras ayudarse con la mano marcó un gol que valía dos puntos. Suerte con el árbitro. Antes al Madrid le había faltado esa suerte. Marcó nada más empezar pero se lo anularon porque el balón había salido antes según el linier, cosa que las cámaras no me demostraron. Luego hubo una mano de Lora que no vio el árbitro y sí mucha gente y las cámaras.
Eso es lo que yo llamo villarato: en caso de duda, para allá y no para acá. Y hasta sin tanta duda. Una vez tras otra eso produce un efecto benéfico en un equipo, en su ánimo, en el confort de su juego y en su confort en la tabla. Y al revés en el otro."
Aunque seguramente la idea más interesante del artículo llegue en la siguiente frase: "Ya sé que me pongo pesado con esto,".
Y, para que nadie le califique de verse influenciado por su madridismo, termina el artículo con otro apunte presuntamente en defensa del FCB: "Y, dicho sea de paso, me desagradó el asunto del dopaje, una insinuación sin base que, aunque ya rectificada, sirve de alimento a las manías persecutorias del Barça. No tengo la menor sospecha de que el Barça se dope y de hecho los estudios demuestran que suele correr en cada partido menos que su rival, por su buen juego."
Para poder terminar sentenciando: "No hay dopaje, pero sí hay villarato y no me mezclen una cosa con la otra."
Pues ciertamente no deberían mezclarse ambas cosas pues, aunque las dos son igualmente ridículas y fruto de los complejos del madridismo tras el cambio de milenio, las insinuaciones de dopaje constituyen un delito que confíamos que los responsables pagarán adecuadamente.
Su director, Alfredo Relaño, titula su editorial: "El villarato ha agrandado la brecha".
Como hemos comprobado tantas veces, se inicia el artículo admitiendo la superioridad del FCB (para conseguir así, presuntamente, algo de credibilidad):
"No tengo ninguna duda de que el Barça es el mejor equipo que hay, no digo ya en España, sino en cualquier parte. Quitarle la Liga es imposible. El Madrid lo ha intentado hasta donde ha podido y ya pierde la estela, antes de lo previsto."
Para después poder quitarlet todos los méritos hábidos y por haber:
"Ocurrió anteanoche, cuando Piqué tras ayudarse con la mano marcó un gol que valía dos puntos. Suerte con el árbitro. Antes al Madrid le había faltado esa suerte. Marcó nada más empezar pero se lo anularon porque el balón había salido antes según el linier, cosa que las cámaras no me demostraron. Luego hubo una mano de Lora que no vio el árbitro y sí mucha gente y las cámaras.
Eso es lo que yo llamo villarato: en caso de duda, para allá y no para acá. Y hasta sin tanta duda. Una vez tras otra eso produce un efecto benéfico en un equipo, en su ánimo, en el confort de su juego y en su confort en la tabla. Y al revés en el otro."
Aunque seguramente la idea más interesante del artículo llegue en la siguiente frase: "Ya sé que me pongo pesado con esto,".
Y, para que nadie le califique de verse influenciado por su madridismo, termina el artículo con otro apunte presuntamente en defensa del FCB: "Y, dicho sea de paso, me desagradó el asunto del dopaje, una insinuación sin base que, aunque ya rectificada, sirve de alimento a las manías persecutorias del Barça. No tengo la menor sospecha de que el Barça se dope y de hecho los estudios demuestran que suele correr en cada partido menos que su rival, por su buen juego."
Para poder terminar sentenciando: "No hay dopaje, pero sí hay villarato y no me mezclen una cosa con la otra."
Pues ciertamente no deberían mezclarse ambas cosas pues, aunque las dos son igualmente ridículas y fruto de los complejos del madridismo tras el cambio de milenio, las insinuaciones de dopaje constituyen un delito que confíamos que los responsables pagarán adecuadamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario