Roncero extasiado

Resulta difícil decidir que es más cómico: si Roncero indignado (hablando del lloronato, digo villarato) o Roncero extasiado.

Disfrutemos de este pasaje:

"Ambientazo de Décima. Bernabéu levitante. Terror escénico para el Tottenham. ¡Así, así, así gana el Madrid! La afición blanca es la más curtida y cultivada del mundo. Ha comido caviar durante décadas, ha coleccionado más Copas de Europa que nadie (9), ha escrito la leyenda más grande jamás contada, ha disfrutado de Di Stéfano, Puskas, (...) Juanito, (...) y............. ¡RAÚL!"

Y, tras un párrafo de raulismo lascivioso, Roncero eleva a los altares a un nuevo ídolo (¿cuántos van ya?), Manolito:

"¡Manolito, Manolito!. Fueron las dos horas más divertidas que se hayan vivido en el santuario de La Castellana desde aquella velada mágica ante el Bayern Múnich (2-0, año 2002). El calor ambiental y climatológico permitió a Adebayor sentirse como en su África natal. Manolito se sintió como en las praderas de Togo y saltó por los aires como si tuviese muelles en sus fibrosas piernas de ébano. En el minuto 4 firmó el primero de su cuenta con un cabezazo que acabó con la maldición de las rastas. Al lograr el 2-0 con otro cabezazo en suspensión digno de un estudio científico, el personal se rindió al nuevo héroe: Súper Manolito. (..) No obstante, para muchos, Adebayor pasa a llamarse desde ahora Don Manuel. ¡Viva África!". Lástima que Roncero no pueda cantar "Esto es África". Y vuelvo a repetir lo mucho que recuerda esto de "Manolito" Adebayor (Adenabor para sus amigos), con lo de Juanito Muhlberg. Y el componente de paternalismo colonialista que desprende todo el párrafo. Parece escrito por el autor de la canción del Colacao.... si no fuese por el componente filo-gay ("...en sus fibrosas piernas de ébano.").

También un recuerdo para Marcelo: "Pero tiene a Bale, que vale para el Madrid. Cañón con botas. Junto a Marcelo, los dos mejores treses del planeta."

Pero lo mejor queda para el final: "Fiestón vikingo. Una bandera gigante ocupaba el lateral de La Castellana con una leyenda premonitoria: "¡Hasta el final, vamos Real!". Una euforia, nada contenida, que palpé desde el cocido de la suerte en el bar de Toñín el Torero, secundada por la peña La Garza Blanca de Huelva, Mi Buen Amigo de Burujón, Olaf El Vikingo, Maracena (Granada), Amigos del Real Madrid de Oviedo y el joven Morata, killer del Castilla que fue un hincha más. Hay cantera, hay equipo, hay afición, hay futuro. ¡Décima a la vista!" [As]

¡Qué imagen! ¡Qué épica! La magia del momento sólo se rompe porque los amigos de Roncero tienen nombres que parecen de la panda de Paqui "La Coles". ¿Y qué me dicen de la rima? "¡Hasta el final, vamos Real!" Un nivel poético propio de Leonardo Dantés.

Euforia es decir poco. El roncerismo ya se ve levantando la décima. Y son los mismo que criticaban la fanfarronada de Rosell... En el mundo de Roncero que el Madrid gane es el curso natural del devenir humano, como el ciclo del agua. Que el Madrid no gane, es un error cósmico, una broma divina, difícil de comprender. Por ello, predecir que el Madrid ganará es un acto de sensatez, vaticinar que el Madrid perderá es una ofensa a los dioses del Bernabeu.